Maria Jose

En un análisis de sangre rutinario, cuando tuve la menopausia hacia los 48 años, las fosfatasas alcalinas salieron algo elevadas (113 sobre un máximo de 96) pero el ginecólogo no le dió importancia. En la misma época mediante una densitometría ósea se me diagnosticó osteoporosis en columna y osteopenia en cadera. Empecé el tratamiento con Actonel y ahora sigo con Protelos.    La cadera ha mejorado, pero no la columna.

 Durante los años siguientes los valores de la GGT y la FA salían siempre rondando los valores máximos dentro de la normalidad, a veces un poco por encima.

Aunque los médicos nunca le habían dado importancia padecía desde siempre un estreñimiento muy fuerte y en ocasiones y por temporadas, náuseas de madrugada sin razón aparente.

A la edad de 54 años, en un análisis de rutina, todas  las transaminasas salieron elevadas y los anticuerpos antimitocondriales positivos. Con esos datos el gastroenterólogo me diagnosticó un CBP.

Empecé el tratamiento con Ursochol y los valores de las transaminasas se normalizaron excepto la GGT que casi siempre estaba algo por encima de lo normal (iba subiendo lentamente con el tiempo) y la FA que llegó a alcanzar valores dobles del máximo permitido. La velocidad de sedimentación también fluctuaba pero casi siempre entre valores altos y muy altos.

Alos 58 años en un TAC me detectaron vatios pequeños hemangiomas en el hígado que se controlan cada 6 meses. Con ecografía no son visibles y con  RMN  se ven claramente. Hasta el momento no se aprecia variación.

Debido a las frecuentes bronquitis (los últimos 10 años una media de tres incluso cuatro por año) a los 61 años se me realizó un TAC en los pulmones y se detectó un nódulo de 5 mm con apariencia de hamartoma que se controla con TAC y que no ha sufrido cambios.

Por una supuesta intolerancia alimentaria suprimí el trigo y derivados del mismo de la dieta. El resultado fue que las náuseas matutinas dejaron de aparecer y pasados unos meses el valor de la GGT, la FA y la velocidad de sedimentación bajaron considerablemente (aunque la FA siempre por encima de lo normal). Lo más espectacular fue la VSG que en sucesivos análisis se mantuvo en 3 mm, cuando habitualmente estaba muy por encima de lo normal.

Pasados unos meses introduje la espelta en la dieta y en un análisis posterior hubo una fuerte subida de la GGT, la FA, la proteína C reactiva, calcio en sangre, TSH, y la inmunoglobulina M (no tanto la  A)

A la vista de estos resultados aconsejada por mi médica de cabecera retiré el gluten de la dieta, a pesar de que los análisis para detectar la celiaquía habían sido negativos.

Tras la iniciación de la DSG (dieta sin gluten)  todos los valores alterados volvieron a la normalidad, con excepción de la FA que seguía elevada pero por debajo del doble de lo normal, y la GGT, que se mantiene rondando el máximo permitido. Las bronquitis no han vuelto en 1 año y cuatro meses después de iniciada la DSG, no hay náuseas matutinas, y mi estado general es bueno.

Aparte de lo ya mencionado tengo un pequeño problema en el riñón. Los valores de calcio y cloruros en sangre son normales pero son bajos en orina. La nefróloga considera que mientras en sangre sean normales es mejor no poner tratamiento.

MUY IMPORTANTE PARA LOS ENFERMOS CON ENFERMEDADES AUTOINMUNES

Respecto al gluten, aparte de la enfermedad celíaca, hay muchas personas que con las vellosidades intestinales normales, (lo que los clasifica como no celíacos), tienen una fuerte intolerancia al gluten, lo que les puede producir muchas enfermedades autoinmunes, y para los que la DSG supone una gran mejoría.

 Teniendo en cuenta que la mayoría de los celíacos e intolerantes al gluten no están diagnosticados, es muy probable que entre las personas con CBP haya algunos celíacos o intolerantes al gluten que ignoran su problema por lo que habría que insistir en que aquellos que no han considerado esta posibilidad actúen en consecuencia. Para estas personas una DSG puede disminuir o incluso en algunos casos solucionar muchos de sus problemas.

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